Se habló mucho sobre la polémica fecha de caducidad del yogur.
El tema es que ya que se pone una fecha, se pone un poco adelantada. Obviamente no hay que correr el riesgo de provocar una intoxicación, así que se obliga a mantener unos días prudenciales, y el producto es fechado un poco antes de que se pudra.
Por este detalle, un pequeño margen de días, se desechan miles de toneladas de productos alimenticios en buen estado en el mundo cada año.
Existen muchas iniciativas que buscan alternativas para solucionar este hecho, pero más allá del tema en concreto, lo que resulta chocante es que muchas personas sientan que no tienen la capacidad de observación suficiente para valorar si un alimento está en buen estado, o no.
Por lo general, los animales en estado salvaje son capaces de identificar el estado de un alimento, pero aquél que se considera el más inteligente del planeta, ha perdido esta preciada sensibilidad. Con tanto lío por leer etiquetas y ordenar fechas y datos, se nos ha pasado el mantener nuestro sentido animal. Más nos vale ponernos las pilas para recuperarlo. El límite entre la prudencia y la idiotez es muy fino.
Antes de tirar la comida, hay que analizarla. Seamos conscientes de las crisis alimentarias en el mundo. Es importante volver a sentir cada día, y comprender, que es un lujo poder ir a un supermercado y abastecer la despensa. Sentir que la comida es un regalo, y respetar el alimento como fuente energética.
Un replanteamiento en este sentido, es muy necesario.
El yogur en concreto es un alimento muy fácil de identificar, bien conservado puede durar mucho, y en última instancia, se puede observar, oler y probar sin ningún riesgo para la salud.
El trasfondo de la tragicomedia del yogur es: ¿Que pasa con los 7 millones de toneladas de alimentos en buen estado, que se tiran al año en España?
- Algunos datos sobre el yogur.
y más gente preocupada por el tema,
- Taste the Waste – Trailer from tastethewaste.com on Vimeo.
- Freegan Info: strategies for sustainable living beyond capitalism